jueves, 11 de abril de 2013

“Lucho” un segundo Papá para los aprendices del internado



“Es mi vida…es donde he renacido, me he criado, me ha dado la oportunidad de tener todo, mi familia, mi hogar, mis hijos” así manifiesta con un brillo particular en sus ojos y una sonrisa, Luis Hoyos Jiménez, coordinador de disciplina y líder del Internado del Centro Acuícola y Agroindustrial de Gaira, al preguntarle qué es el SENA para él.

Con 28 años de experiencia en este cargo, “Lucho” como cariñosamente le llaman, considera que ha tenido una vida de muchos hijos, “mis aprendices internos los considero mis hijos, aunque yo sé que me miran duro” ya que su carácter como papá adoptivo así lo requiere.
Desde muy temprano, se pasea por los pasillos del internado, velando y cuidando por el bienestar de los aprendices, a los que en algunos casos, le toca regañarlos, porque como el muy bien dice “es el papá quién le está hablando, porque como siempre lo he dicho la dureza del padre lo complementa la delicadeza de la mujer”.



En toda esta trayectoria de su vida laboral en la entidad, ha tenido la oportunidad de vivir muchos momentos memorables “vivo la satisfacción grande de tener hijos de aprendices que han pasado por acá; he tenido la oportunidad de acompañar procesos de matrimonios, bautizos, transformaciones que sufren los aprendices a través de su formación integral… enseñándoles el valor del internado”, entre un sin número de vivencias que lo conmueven y lo llenan de regocijo, ya que para él los aprendices son la esencia, la vida, y el motor del SENA.

En el transcurso de sus 56 años, una de las cosas que le ha enseñado la vida, es valorar la vida propia, valorar a sus compañeros, el entorno, la juventud, que entiendan “que Dios nos dió la vida, pero que ésta siempre pasa, por eso hay que valorarla”.

Con gran orgullo, este hombre, manifiesta que los aprendices son para él “la esencia, la vida, el motor, el fruto de Colombia... son jóvenes en un proceso de formación integral donde siempre están echando pa´lante, donde intento educarlos para que sean mucho mejor” considerándose padre para cada uno de los aprendices.

Frases tales como “pilas que nos va regañar”, “ahí va con su cara”, y otras más, son expresiones de los aprendices que se escuchan por los corredores, donde al mismo tiempo se organizan el cuello de la camisa, se sientan correctamente, y lanzan un agradable saludo de Buenos Días. Pero todo no queda ahí, el “Profe Lucho” como así también le llaman, es un hombre bondadoso, solidario, fruto de la sensibilidad que le despiertan los ojos de un joven recordando la lejanía de su familia y el pueblo de calles polvorientas.

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