“Es mi vida…es donde he renacido, me he criado, me ha dado la oportunidad
de tener todo, mi familia, mi hogar, mis hijos” así manifiesta con un brillo
particular en sus ojos y una sonrisa, Luis Hoyos Jiménez, coordinador de
disciplina y líder del Internado del Centro Acuícola y Agroindustrial de Gaira,
al preguntarle qué es el SENA para él.
Con 28 años de experiencia en este
cargo, “Lucho” como cariñosamente le llaman, considera que ha tenido una vida
de muchos hijos, “mis aprendices internos
los considero mis hijos, aunque yo sé que me miran duro” ya que su carácter
como papá adoptivo así lo requiere.
Desde muy temprano, se pasea por los
pasillos del internado, velando y cuidando por el bienestar de los aprendices,
a los que en algunos casos, le toca regañarlos, porque como el muy bien dice “es el papá quién le está hablando, porque
como siempre lo he dicho la dureza del padre lo complementa la delicadeza de la
mujer”.
En toda esta trayectoria de su vida
laboral en la entidad, ha tenido la oportunidad de vivir muchos momentos
memorables “vivo la satisfacción grande
de tener hijos de aprendices que han pasado por acá; he tenido la oportunidad
de acompañar procesos de matrimonios, bautizos, transformaciones que sufren los
aprendices a través de su formación integral… enseñándoles el valor del
internado”, entre un sin número de vivencias que lo conmueven y lo llenan
de regocijo, ya que para él los aprendices son la esencia, la vida, y el motor
del SENA.
En el transcurso de sus 56 años, una
de las cosas que le ha enseñado la vida, es valorar la vida propia, valorar a
sus compañeros, el entorno, la juventud, que entiendan “que Dios nos dió la vida, pero que ésta siempre pasa, por eso hay que
valorarla”.
Con gran orgullo, este hombre, manifiesta que los aprendices son para él “la esencia, la vida, el motor,
el fruto de Colombia... son jóvenes en un proceso de formación integral donde
siempre están echando pa´lante, donde intento educarlos para que sean mucho
mejor” considerándose padre para cada uno de los aprendices.
Frases tales como “pilas que nos va
regañar”, “ahí va con su cara”, y otras más, son expresiones de los aprendices
que se escuchan por los corredores, donde al mismo tiempo se organizan el
cuello de la camisa, se sientan correctamente, y lanzan un agradable saludo de
Buenos Días. Pero todo no queda ahí, el “Profe Lucho” como así también le
llaman, es un hombre bondadoso, solidario, fruto de la sensibilidad que le
despiertan los ojos de un joven recordando la lejanía de su familia y el pueblo
de calles polvorientas.