lunes, 23 de abril de 2012

Sena capacita a población vulnerable en Huertas Caseras.

Respondiendo a las necesidades económicas que presenta la población de la Vereda “El Milagro” de Gaira a 5 kilómetros de la ciudad de Santa Marta, 15 habitantes se forman en  Construcción y Manejo de Huertas Caseras. Es aquí, donde el SENA hace presencia con su programa de formación para esta comunidad desplazada por la violencia.
El propósito de esta capacitación es  transferir conocimientos básicos, sencillos para que puedan producir sus huertas, para así fomentar la autonomía alimentaria y con ello mejorar la calidad de vida de los productores y habitantes del sector.
La formación trata de cómo hacer un semillero sencillo, mantenimiento de la humedad en el cuidado del semillero, el de la maleza para luego proceder a la cosecha definitiva.



De esta manera, la diversidad de hortalizas sembradas por estos habitantes incluye cebollín, cilantro, rábano, ají, y berenjena.
Es de resaltar que estas personas manifestaron que la nutrición del núcleo familiar ha mejorado y que hay muchas recetas y formas de preparar los alimentos: esta huerta me ha ayudado mucho, me ha sacado de muchos apuros; con estas palabras define Carmen Alicia Mercado del Toro  lo que para ella significa sustentar su huerta casera.

Las  familias participantes del proyecto afirman que la producción de alimentos sanos no solo les permite un control sobre la nutrición de la familia, porque son alimentos de alta calidad; sino que, además, impide la dependencia de los alimentos externos, porque ahora los cultivan en sus huertas y antes los compraban en la ciudad.

Por su parte, el instructor Leonardo Bustamante Sánchez expresó “Con esta población desplazada por la violencia es llevarlos a que ellos tengan patios productivos y que puedan generar un dividendo ya sea para la comida, sustento diario y para producir algún excedente que les pueda ayudar en su sostenimiento como persona o familia.”

Esta vereda cuenta alrededor con 82 familias desplazadas por la violencia, un promedio de 350 personas, que día a día buscan la manera de salir adelante tratando de darles dentro de su pobreza lo mejor a sus hijos.

Gracias al amor que sienten por la tierra, desde que iniciaron el proceso de formación, el trabajo se ha convertido en un estímulo para soñar con esa  huerta que constantemente construyen con esfuerzo y aplicando técnicas más amigables con la naturaleza. Cada una de estas familias es un ejemplo a seguir, en comunidades en donde la escasez de productos y la pobreza no les dejan alcanzar un mejor futuro; y aunque el trabajo no ha sido nada fácil, el propósito de sacar adelante sus huertas y proveer de alimento a sus familias es el motor de cada día.

El SENA, contribuye cada día a la formación de los colombianos en actividades productivas generando impacto económico y social en el país.

Lo más leído